Este blog, intenta acercar y despertar el interes por el coleccionismo de las anillas de los cigarros puros

lunes, 3 de febrero de 2020

LAS ANILLAS Y SUS CUATRO LEYENDAS


LAS ANILLAS Y SUS CUATRO LEYENDAS



La literatura sobre el origen y evolución de los cigarros es, en comparación con otros productos de su clase, escasa y, en muchos casos, está poco documentada o carece de rigor histórico. Eso explica, entre otras cosas, que haya sido la transmisión oral de conocimientos la que ha dominado el saber del tabaco. Las razones podrían ser varias, desde el secretismo propio de los fabricantes que no quieren desvelar su fórmula mágica en la elaboración de sus ligas hasta la restrictiva legislación que prohíbe expresamente la publicidad y, con ello, a veces también queda oculta parte de información.
En la actualidad, muchos de los aspectos del cigarro siguen estando rodeados de un halo de misterio que abona el campo de la leyenda, y en el caso de las anillas de los cigarros, no iba a ser menos. La anilla es un elemento tan arraigado en el cigarro que podría decirse que, en la actualidad, no se concibe uno sin la otra. Además, las anillas generan acalorados debates entre expertos tabaqueros, como el que sostiene la idoneidad o no de retirar la anilla antes o después de encendido el cigarro. Para gustos, anillas.
Pero lo más llamativo de las anillas es que no sabe a ciencia cierta cuál fue su origen ni los motivos por los que se popularizaron hasta convertirse en imprescindibles. Existen cuatro leyendas en torno a ellas, que relatamos a continuación:

La Leyenda Rusa: Caterina La Grande

La primera versión del origen de las anillas reside en la orden que dio la emperatriz rusa de finales del siglo XVII, Caterina La Grande, para que se envolvieran todos sus cigarros en seda y así proteger sus dedos de las manchas de tabaco.
Esta leyenda, que tiene mucho de misteriosa y romántica, ciertamente es bastante improbable, pues darle crédito es afirmar que fueron los rusos los inventores de las anillas, cuando la cultura tabaquera estaba más desarrollada en otros lares bastante más alejados de la fría estepa siberiana.

La Leyenda de los Guantes Blancos

En este caso es Inglaterra la que reclama la invención de las anillas y les atribuye a los dandis del siglo XIX la idea de pedir a los fabricantes que añadieran tiras de papel a sus cigarros para no mancharse los guantes. La mayoría de los historiadores de tabaco descartan esta idea, entre otras cosas porque los cigarros debidamente rolados y elaborados con capas bien curadas no dejan mancha alguna. Y parece bastante inverosímil pensar que las clases más altas de la Inglaterra victoriana adquirieran cigarros de baja o nula calidad. Y, en caso de que hubiese sido así, ¿por qué pedir una anilla que haría aumentar el precio de un cigarro malo en vez de reclamar cigarros de alta calidad por el mismo precio?
Vayamos un poco más allá, ¿cuántos fumadores conoces o has visto que sostengan el cigarro por la anilla? ¿Cuántas fotos, pinturas y grabados relacionados con los cigarros desde el siglo XVIII hasta el presente evidencian la sujeción del cigarro por la anilla?

La Leyenda de los Cigarros Mal Hechos

Una tercera teoría afirma que las anillas se crearon para sujetar las capas de los cigarros mal construidos. Si damos credibilidad a esta afirmación, lo normal sería encontrar más anillas en cigarros baratos que en los caros.
Además, la tradición en la elaboración de cigarros manda que las anillas se retiren cuidadosamente antes de fumar, un acto que obstaculizaría seriamente la función de bloqueo de hojas.
Se suele decir que esta leyenda negra de las anillas puede haber nacido con una malsana intención de difundir falsos rumores de desprecio hacia determinados cigarros.

La Leyenda del alemán Gustave Bock

En 1830, la ciudad alemana de Bremen era el mayor centro de producción de cigarros del mundo. Entre 1830 y 1840, la mitad de los cigarros que se fumaban en EE. UU. y más del 90% de los que se fumaban en Austria, Inglaterra y Suiza provenían de Alemania.
En esa época, Gustave Bock es dueño de una fábrica local alemana que, harto de las prácticas fraudulentas de los comerciantes en una época de grandes ventas de cigarros, ordenó colocar una anilla de papel con su firma en cada cigarro destinado a la exportación para evitar que cigarros de procedencia dudosa «se confundieran» o se hicieran pasar como si fueran suyos. Esta práctica se extendió como la pólvora y en 1855 prácticamente todos los fabricantes tabaqueros vendían sus cigarros con anillas e instaban a los consumidores a fiarse únicamente de aquellos que las llevaran.






De las cuatro leyendas, el lector es libre de extraer sus propias conclusiones. Si bien le animamos a tomar en cuenta que: «para saber cómo funciona el mundo, sigue el rastro del dinero».

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