"El
CALIQUEÑO"
Los «caliqueños» son lo más genuino y auténtico en cuanto a puros españoles nos queda, a excepción de algunos canarios. Tras las pérdida colonial del 98, se mantuvo aún durante un tiempo la elaboración de tabacos en manos de la primera gran multinacional española, fundada por el primer Marqués de Comillas, una de cuyas marcas aún perdura en Filipinas, pero esa es otra historia.
La de los «caliqueños» es más modesta, local y sobre todo, clandestina. Los soldados valencianos que volvían de la guerra de Cuba aprendieron allí a torcer ellos mismos el tabaco de los puros que consumían en la isla, Y con ellos llevaron a su tierra semillas de la planta y su conocimiento. El tabaco creció en el interior de Valencia con características diferentes debido al clima y características del suelo, con rígidas, retorcidas y pronunciadas nervaduras. Allí, cada familia, como si del embutido de una matanza se tratase, tenía su propia receta, su forma de fermentar, secar y torcer el tabaco, por lo que hubo tantas variedades como elaboradores.
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